domingo, 27 de noviembre de 2011

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO



El Señor viene


 « Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor. »  (Oración Colecta)

Comienzo de la Celebración en torno a la Corona de Adviento

Guía:  
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos:
Amén.

Guía:
Ven Espíritu Santo,


Todos:
llena los corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor.


Guía:
Envía tu Espíritu creador.


Todos:
Y renovarás la faz de la tierra.


Guía:
¡Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de sus consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor.


Todos:
Amén.

Bienvenida y Bendición de la Corona de Adviento

Guía:
Una vez más nos reunimos, atentos al anuncio de la llegada de Dios Nuestro Señor. Se acerca la gran fiesta de Navidad, la fiesta del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en Belén y en nuestros corazones. Preparémonos a recibir a nuestro Salvador reuniéndonos en torno a esta corona.
Bendice Señor esta corona, que sea para nosotros medio para preparar nuestra alma para recibirte. Que al ver su forma veamos que tu Dios eterno eres el principio y fin de todo cuanto existe y su verde follaje nos recuerde la esperanza de llegar a recibirte.

(Se enciende la primera vela)

Que al ir encendiendo cada una de sus velas se disipen las tinieblas del pecado y comience a clarear la luz de tu presencia en nuestras almas. Que por el espíritu de oración, penitencia y sacrificio, la caridad en nuestra vida nos prepare para recibirte y anuncie a los que nos rodean tu presencia entre nosotros.


Palabra de Dios

Guía:
Escuchemos la palabra de Dios.
Lector:
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 13, 33-37)

Estad alerta, ya que no sabéis cuándo será el tiempo

« En aquél tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 'Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad! »


Lector: 
Palabra de Dios.


Todos: 
Gloria a Tí, Señor, Jesús.

Reflexión

Guía:
¡Qué tiempo tan apto el del Adviento para penetrar en la grandeza y trascendencia de la vocación cristiana, porque ella se desprende del misterio de la Encarnación! Dios en su decisión amorosa de salvar al hombre quiere hacerse uno de nosotros; más se entrega al servicio del hombre: siendo Dios se anonadó a sí mismo haciéndose siervo, y en todo, menos en el pecado, semejante al hombre, ante este ejemplo quién no se va a enamorar de Cristo, a entregarse a Él gastándose la vida en la dura pero sublime tarea de la Redención.

Diálogo

(Después de unos momentos de silencio el guía debe motivar que los participantes hagan comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar este diálogo se invita a los presentes a hacer un compromiso.)

Compromiso

Guía:
Pongámonos en presencia de Dios y meditemos:


¿Cómo voy a prepararme para vivir este período de espera del Señor? ¿Tengo algún plan concreto para vivirlo en familia?

(Reflexión en silencio)


Despedida

Guía:
Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Guía:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos:
Amén.

(Se puede continuar la celebración
con villancicos y juegos)


FUENTE: EWTN

sábado, 26 de noviembre de 2011

EL ADVIENTO EN 2011

La Venida, con mayúsculas, no tiene otro significado. Es el momento álgido en toda la vida de un Católico. 

Llegó el Adviento. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.

Celebramos y recordamos el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida. Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor. Nos prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos. 


En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:

Revisión: Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.

Proyección: En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo.



EL ADVIENTO EN 2011 SE CELEBRA LOS DOMINGOS 27 DE NOVIEMBRE, 4, 11 Y 18 DE DICIEMBRE

CELEBRÁNDOLO EN FAMILIA

La Corona es un círculo de follaje verde, que no tiene principio ni fin, lo que hace recordar la eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera en el Hijo de Dios. El follaje verde puede ser de abeto, pino o de algún otro material artificial. El verde está relacionado con la esperanza de la vida; muchos le dan el significado de un tiempo especial de crecimiento espiritual y de gracia santificante.

Las cuatro velas significan, cada una, una semana de adviento, es decir, simbolizan el tiempo de esperanza y arrepentimiento. La Corona debe llevar tres velas moradas y una color rosa, cuyo color denota alegría y gozo. Se coloca la Corona en el centro de la mesa del comedor con las cuatro velas, esto simboliza la santidad de la familia y lo sagrado del hogar.


Cada familia tiene su forma para adornarla, unos prefieren ponerle listones rojos simbolizando la fuerza y el poder. Las campanas sirven para llamar a los ángeles y anunciar la llegada del hijo de Dios, además de limpiar el ambiente por medio del sonido. Cada domingo de adviento se enciende una vela junto con una oración. El encendido gradual es el símbolo del anuncio del Mesías a través de los siglos. Y su significado es como sigue:

Primer Domingo de Adviento. Bendición de la corona y significado de ésta: Cristo es la Luz del Mundo, que viene a nosotros y nuestro corazón la anhela y la busca. La familia se reúne en torno a la Corona y se prende la primer vela.


CELEBRACIÓN DEL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO - 27 DE NOVIEMBRE

Segundo Domingo de Adviento: La Esperanza por la cual confiamos en el Padre y en sus promesas, principal sentido del Adviento. Se encienden dos velas


CELEBRACIÓN DEL SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO - 4 DE DICIEMBRE

Tercer Domingo de Adviento. La Purificación: Se encienden tres velas.


CELEBRACIÓN DEL TERCER DOMINGO DE ADVIENTO - 11 DE DICIEMBRE

Cuarto Domingo de Adviento. La alegría del nacimiento de Jesús: Se encienden las cuatro velas.


CELEBRACIÓN DEL CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO - 18 DE DICIEMBRE

Y por último en el momento de regresar de la Misa del Gallo, es por costumbre encender una vela Blanca como anuncio YA del Nacimiento de Jesús y que se coloca en el centro junto a las otras cuatro que han precedido las semanas anteriores.


BENDICIÓN DE LA CORONO DE ADVIENTO:


En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no sepuede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la siguiente oración:

Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


Todos: Amén.


La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.




FUENTES: TODOS LOS ÁNGELES; A CRISTO POR MARÍA

jueves, 10 de noviembre de 2011

FESTIVIDAD DE CRISTO REY


FESTIVIDAD DE CRISTO REY

"El papa Pío XI instituyó esta solemnidad con la carta encíclica Quas Primas  el 11 de diciembre de 1925, y después del Concilio Vaticano II ha sido colocada el último domingo del Tiempo Ordinario, como final del año litúrgico, para expresar el sentido de consumación del plan de Dios que conlleva este título de Cristo por encima de malas interpretaciones político-religiosas."


Con el objetivo de que los fieles vivan estos inapreciables provechos, era necesario que se propague lo más posible el conocimiento de la dignidad del Salvador, para lo cual se instituyó la festividad propia y peculiar de Cristo Rey.

Desde fines del siglo XIX, la Iglesia realizaba los preparativos necesarios para la institución de la fiesta, la cual fue finalmente designada para el último domingo del Año Litúrgico, antes de empezar el Adviento.

Si Cristo Rey era honrado por todos los católicos del mundo, se prevería las necesidades de los tiempos presentes, poniendo remedio eficaz a los males que friccionan la sociedad humana, tales como la negación del Reino de Cristo; la negación del derecho de la Iglesia fundado en el derecho del mismo Cristo; la imposibilidad de enseñar al género humano, es decir, de dar leyes y de dirigir los pueblos para conducirlos a la eterna felicidad.

En un mundo donde prima la cultura de la muerte y la emergencia de una sociedad hedonista, la festividad anual de Cristo Rey anima una dulce esperanza en los corazones humanos, ya que impulsa a la sociedad a volverse al Salvador. Preparar y acelerar esta vuelta con la acción y con la obra sería ciertamente deber de los católicos; pero muchos de ellos parece que no tienen en la llamada convivencia social ni el puesto ni la autoridad que es indigno les falten a los que llevan delante de sí la antorcha de la verdad.

Estas desventajas quizá procedan de la apatía y timidez de los buenos, que se abstienen de luchar o resisten débilmente; con lo cual es fuerza que los adversarios de la Iglesia cobren mayor temeridad y audacia. Pero si los fieles todos comprenden que deben militar con infatigable esfuerzo bajo la bandera de Cristo Rey, entonces, inflamándose en el fuego del apostolado, se dedicarán a llevar a Dios de nuevo los rebeldes e ignorantes, y trabajarán animosos por mantener incólumes los derechos del Señor.

HISTORIA

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925. 
El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

Posteriormente se movió la fecha de la celebración dándole un nuevo sentido. Al cerrar el año litúrgico con esta fiesta se quiso resaltar la importancia de Cristo como centro de toda la historia universal. Es el alfa y el omega, el principio y el fin. Cristo reina en las personas con su mensaje de amor, justicia y servicio. El Reino de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres. 

Con la fiesta de Cristo Rey se concluye el año litúrgico. Esta fiesta tiene un sentido escatólogico pues celebramos a Cristo como Rey de todo el universo. Sabemos que el Reino de Cristo ya ha comenzado, pues se hizo presente en la tierra a partir de su venida al mundo hace casi dos mil años, pero Cristo no reinará definitivamente sobre todos los hombres hasta que vuelva al mundo con toda su gloria al final de los tiempos, en la Parusía.

Si quieres conocer lo que Jesús nos anticipó de ese gran día, puedes leer el Evangelio de Mateo 25,31-46.

En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.

Jesús nos habla de las características de su Reino a través de varias parábolas en el capítulo 13 de Mateo: 

“es semejante a un grano de mostaza que uno toma y arroja en su huerto y crece y se convierte en un árbol, y las aves del cielo anidan en sus ramas”; 

“es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda”; “es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo”; 

“es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra”. 

En ellas, Jesús nos hace ver claramente que vale la pena buscarlo y encontrarlo, que vivir el Reino de Dios vale más que todos los tesoros de la tierra y que su crecimiento será discreto, sin que nadie sepa cómo ni cuándo, pero eficaz.

La Iglesia tiene el encargo de predicar y extender el reinado de Jesucristo entre los hombres. Su predicación y extensión debe ser el centro de nuestro afán vida como miembros de la Iglesia. Se trata de lograr que Jesucristo reine en el corazón de los hombres, en el seno de los hogares, en las sociedades y en los pueblos. Con esto conseguiremos alcanzar un mundo nuevo en el que reine el amor, la paz y la justicia y la salvación eterna de todos los hombres.

Para lograr que Jesús reine en nuestra vida, en primer lugar debemos conocer a Cristo. La lectura y reflexión del Evangelio, la oración personal y los sacramentos son medios para conocerlo y de los que se reciben gracias que van abriendo nuestros corazones a su amor. Se trata de conocer a Cristo de una manera experiencial y no sólo teológica. 

Acerquémonos a la Eucaristía, Dios mismo, para recibir de su abundancia. Oremos con profundidad escuchando a Cristo que nos habla. 

Al conocer a Cristo empezaremos a amarlo de manera espontánea, por que Él es toda bondad. Y cuando uno está enamorado se le nota.

El tercer paso es imitar a Jesucristo. El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros. 

Por último, vendrá el compromiso apostólico que consiste en llevar nuestro amor a la acción de extender el Reino de Cristo a todas las almas mediante obras concretas de apostolado. No nos podremos detener. Nuestro amor comenzará a desbordarse.

Dedicar nuestra vida a la extensión del Reino de Cristo en la tierra es lo mejor que podemos hacer, pues Cristo nos premiará con una alegría y una paz profundas e imperturbables en todas las circunstancias de la vida.

A lo largo de la historia hay innumerables testimonios de cristianos que han dado la vida por Cristo como el Rey de sus vidas. La fiesta de Cristo Rey, al finalizar el año litúrgico es una oportunidad de imitar a estos mártires promulgando públicamente que Cristo es el Rey de nuestras vidas, el Rey de reyes, el Principio y el Fin de todo el Universo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

PADRES Y COLEGIOS

En este apartado nos gustaría invitar a todos nuestros seguidores a visitar páginas web, completamente seguras y prácticas, para aprender un poco más, en todas las tareas que nos interesan.

En esta primera ocasión, vamos a visitar la web de PADRES Y COLEGIOS:


Ellos mismos nos dan una breve explicación de su cometido:

"...  PADRES: ayudando a la educación de tus hijos. Desde hace más de tres años acompañamos, mes a mes, a más de un millón de padres con hijos en edad escolar en la difícil tarea de educarlos. Un amplio equipo de profesionales especializados en el mundo de la educación elaboran la información más completa del mercado para orientar a los padres en su labor. ..."

Es muy interesante la visión y estudio de sus artículos pedagógicos, sus columnas de opinión entre las que podemos destacar la de Juan Manuel de Prada. También podemos visitar los números atrasados en su hemeroteca, foros, consultorios, anuario de la educación, ...

Una gran iniciativa que seguro será de gran ayuda para las familias.

http://www.padresycolegios.com/

viernes, 4 de noviembre de 2011

AFAC - ASOCIACIÓN DE FAMILIAS AMIGAS CATÓLICAS


La ASOCIACIÓN DE FAMILIAS AMIGAS CATÓLICAS, es el fruto de una necesidad imperante en los tiempos y lugares que vivimos.

Creada a raíz de una necesidad, y estudiada su viabilidad en un amplio periodo de tiempo, el jueves 3 de noviembre de 2011, en el barrio de Bonavista en Tarragona,  toma cuerpo y se pone en marcha la creación de la misma.

La ASOCIACIÓN DE FAMILIAS AMIGAS CATÓLICAS, en adelante AFAC, es una Comunidad Católica de familias cuya misión es la de trabajar por y para la Santa Iglesia Católica desde el conjunto de la familia. Basada en el voluntariado y sin ánimo de lucro.

Teniendo claro cuál es el Camino y la Verdad, nuestro principal objetivo será realizar una auténtica familia Católica en nuestras poblaciones, ayudando, aconsejando y cuidando de todos y cada uno de los miembros de la misma y entre ellos. En especial, de nuestros hijos.

En los tiempos que estamos viviendo, en los cuales, incluso en los colegios católicos que llevamos a nuestros hijos, vivimos una secularización preocupante y donde acompañan en las aulas, tanto profesores como compañeros sin una base profunda, y preocupantemente no católica, propiciada por la débil enseñanza en otras instituciones que el resto de padres, no católicos, han introducido a sus hijos para diferenciarlos de esa enseñanza insuficiente o de no aceptar la multiculturalidad de los mismos centros, ha llevado a bajar la formación en la educación religiosa de los centros, así como el nivel educacional que servirá de base para el futuro académico de los niños.

Por eso, y teniendo siempre presente la raíz de nuestra existencia, nuestra principal base de trabajo serán nuestros hijos. Procuraremos darles esa formación de calidad en un trabajo constante de la unión de los padres, impulsándolos y guiándolos a superarse en los estudios que repercutirán en ellos el día de mañana. Fomentaremos la educación en la fe católica, en detrimento de los nefastos valores morales que hoy se están dando en las escuelas manipuladas por los ejecutivos políticos de turno, cuyo fin sólo son los de manejar y controlar a nuestros hijos.

En AFAC, todos los miembros adultos, lucharemos por crear un círculo de amistades entre nuestros hijos con los mismos valores y protegidos, de la contaminación exterior, por todos y cada uno de los padres de la asociación. Haciendo que crezcan en un ambiente, sano, de compromiso, caritativo y tradicional.

En el apartado de los padres, cuya misión es la educar en la fe católica de sus hijos, tendrán una labor que es la de apoyar al resto de padres en el seguimiento y protección de los hijos de los miembros de AFAC. Formándonos continuamente tanto en el cuidado de los niños, cuidado del hogar y especial y puntualmente en nuestra fe.


Una unión no sólo en los temas más básicos de nuestros estatutos, más ampliables a otros ámbitos culturales que puedan interesar a cualquier miembro de AFAC.

No sólo de familias podrá estar creada AFAC, también serán bienvenidas aquellas personas, como abuelos, parejas que estén preparando su camino matrimonial y tengan en pensamiento crear una familia, incluso los que por circunstancias, y perteneciendo a la comunidad no han sido, o no han podido constituir una familia.

AFAC es, en definitiva, una red de familias, entre las que existe una interacción para educar y formarse, donde compartir el tiempo de ocio (meriendas, salidas a la naturaleza, culturales, peregrinaciones, etc.), para compartir con otras comunidades católicas, proteger la vida y la dignidad humana desde el primer momento de su concepción.

AFAC estará comprometida con la caridad y la ayuda al más necesitado. Es una asociación al servicio del barrio en todas sus áreas de actuación.

AFAC no contará con subvenciones de ninguna entidad política, sindical o de cualquier otra índole, con el objetivo de ser completamente libres. Y su admisión de socios/voluntarios será absolutamente gratuita ya que AFAC es una Familia.

Todos y cada uno de los miembros de AFAC deberán aceptar y comprometerse con los requisitos de compromiso de la Asociación que están expuestos en los estatutos.

Tan sólo queda a día de hoy constituirla legalmente y presentar sus estatutos, cosa que haremos en breve.

AFAC es un bonito proyecto para una sociedad necesitaría de organismos así.

Os pido a todos oraciones para que AFAC salga adelante.

Muchas gracias por tu atención. Que Dios os bendiga.


A más ver.
Mariano Pelado.